viernes, 3 de septiembre de 2010

Verde esperanza.

Las luces: Frente actual de la Escuela Nº 61, Juan G. Lavalle, (ex-matachanchos)






5 de junio de 2009. la Escuela Nº 615 cumplió 80 años. En la foto con mi maestra,la Srta. Nélida Lefebre.













Las sombras
"En nuestro país, 6,3 millones de menores de 18 años son pobres, de los cuales 3,1 millones directamente pasa hambre y 1,9 millones de menores no asisten o nunca asistieron a un establecimiento educativo."
Documento elaborado por la Central de los Trabajadores de Argentina,CTA,citado por la docente y escritora María B.Jouvé, en su artículo "Niños números" en La Capital.12-08-09.

El verde esperanza.

30-jul-2009-Premio Escuelas Solidarias.

Comunicación recibida del Ministerio de Educación de la Nación, PROGRAMA ESCUELAS SOLIDARIAS:
A la Escuela Nº 61:

"Deseamos expresarle las más cordiales felicitaciones por la experiencia educativa solidaria “El Paso a paso de la basura” que desarrollan docentes y estudiantes de su institución, y que fuera presentada al Premio Presidencial “Escuelas Solidarias” 2009.
Nos complace informarle que, entre las casi 4000 experiencias educativas solidarias presentadas al Premio Presidencial, la desarrollada por su institución ha sido distinguida como Finalista debido a su calidad y excelencia."

Escuela N° 61 Juan Galo Lavalle
Rosario - Gestión Estatal
temática de la Experiencia: Promoción del reciclado de basura y el cuidado del medio ambiente. Difusión de prácticas saludables entre cartoneros y sus familias.



Imagen: Cabezudo verde y murga, actividad emergente del proyecto, recorren las calles del barrio invitando a cuidar el medio ambiente.

Estas memorias terminaban con el texto "Cuando los guardapolvos se manchan", escrito en 2007 en homenaje a Carlos Fuentealba.

Consideré oportuno agregar la conmemoración de los 80 años de la Escuela 615 y los comentarios que surgieron a partir de las publicaciones en el blog:

"Maestra de las de antes","una luchadora como yo" han escrito algunas colegas,unas en cargos directivos, otras ya jubiladas,todas emocionadas he identificadas con este trabajo.

"Los guardapolvos no se manchan ni con tiza,porque ya no los usan",dejó como comentario una docente de Bs.As. criticando duramente a maestros jóvenes que ya ni saludan a la bandera,toman extensas licencias por estrés.

¿Apostolado o profesión? Surgió como disyuntiva. Sin duda es necesario un alto grado de profesionalismo si el objetivo es que los niños construyan sus conocimientos. Es primordial dominar saberes epistemológicos, realizar transposiciones didácticas, no reduccionismo, distinguir una teoría de un método, aprovechar los recursos de la tecnología...



Para besar las caritas sucias de moco,curar lastimaduras, llevar al baño a un niño que se ha hecho sus deposiciones o se ha vomitado encima, para limpiar el aula porque hay un sólo portero, quizá "apostolado" sea un término demasiado pomposo, pero estoy segura que es algo más que profesionalismo lo que se necesita.

Llegaba al final de estas publicaciones cuando apareció la comunicación de que la Escuela 61 habia sido distinguida como finalista por su experiencia educativa solidaria.

Me pareció importante terminarlas destacándolo,en homenaje a todos los actores de la escuela publica que se comprometen con su comunidad, a los docentes que se involucran con la realidad y tratan de cambiarla a pesar de la escasez de recursos.

7 comentarios:
Mariela Torres dijo...
Me encantó tu relato, y estoy de acuerdo con tu compañero de la vida, tenías que escribirlos y darlos a conocer. Desde aquí no sabés cuánta gente puede pasar y leerlos, de algunos no vas a saber nada, pero otros se detendrán a compartir algo con vos y tus relatos y te devolverán emociones.

Y lo que más me gustó fue la foto con tu maestra, ¡qué bien se la ve! Me parece maravilloso que todavía sigas viéndola, casi mágico.

Un abrazo grande.

27 de agosto de 2009 00:48
la negra de la cortada dijo...
Gracias por tu comentario,creo que es sincero y real,hay gente que lee mi blog y me envía comentarios por mail.A mi maestra hacía décadas que no la veía,fue hermosa la fiesta,ex-alumnos,docentes,algunas que habían sido compañeras mías, maestras de mis hijos.Estábamos muy emocianados.Un beso grande.

27 de agosto de 2009 23:36
Escuela Nº61 dijo...
Mis ojos se enrojecen y mi corazón late apurado... el epílogo de tus memorias de guardapolvos blancos es digno, enaltece esta profesión que tan dentro llevamos , más allá de cargos, de situaciones de revista, tu maestra, la escuela de tu infancia y la que tuvo a tu padre en un trabajo solidario y altruista como los cooperadores saben hacerlo, la mención a la escuela que vio tus inicios en sus aulas... el recuerdo a tu compañero ( porque los maestros también "amamos"), todo es conmovedor. Gracias por tus palabras, por estar junto a la escuela pública, la de Carlos F., la tuya, la mía, la nuestra... Gracias

28 de agosto de 2009 17:25
Persis dijo...
¡Qué linda entrada! Son recuerdos que enriquecen la VIDA DE POR VIDA. Un REE- BESOTE!!!

28 de agosto de 2009 22:44
la negra de la cortada dijo...
Escuela 61: También mis ojos se llenan de lágrimas. Traté de evitar sensiblerías, golpes bajos, pero para quienes nos involucramos en este trabajo, se nos hace carne, es imposible no emocionarnos.
Liliana: Celebro la amistad sincera que nació entre nosotras, aún sin conocernos, a partir de la publicación en el diario y de las memorias de este blog. Un abrazo fraterno.


Persis,gracias por tus palabras, porque vienen de otra luchadora. En tu comentario anterior percibí el dolor de alguien que ha dado mucho a su profesión en épocas muy duras.Gracias otra vez por tu sinceridad. Un gran abrazo.

1 de septiembre de 2009 13:34
ALMA dijo...
Que hermosas fotos, acompañan tu post y la Srta. Nélida es muy hermosa, claro que sí.
La torta enooorme como lo amerita la celebración d e los 80 años.

HErmoso y conmovedor el texto y el homenaje a tu compañero de la vida


Un beso

7 de septiembre de 2009 01:15
la negra de la cortada dijo...
Alma:Traté de darle al menos un final esperanzado a estos relatos de distintas etapas de la escuela pública y de mi paso por la docencia, todos muy sentidos para mí.Un abrazo grande.

Cuando los guardapolvos se manchan con...


"Una herida soy
buscando el salario.
Maestro de pie
cuidando pichones blancos.
Que madurarán
iluminando su pago".

Cahcarera "El olvidao"
Autor: Duende Garnica


No debería haberse manchado ningún otro guardapolvo, nunca más.

Estas memorias atesoran el amor por la profesión de la que guardo recuerdos tan intensos, a pesar que sólo le dediqué quince años de mi vida.

A lo largo de la historia de nuestra Patria fueron, fuimos miles quienes hicieron, hicimos de la docencia un apostolado sosteniendo una educación pública de excelencia.

Comprometidos con la realidad, quisimos ser reconocidos como trabajadores.

Las luchas por ese reconocimiento llevaron a que cientos de maestros fueran
perseguidos, detenidos, asesinados durante la última dictadura militar.

Ahora se los critica por quejosos, faltadores, porque trabajan por el sueldo o la obra social. En todas las profesiones hay quienes abusan de sus beneficios.

Son profesores-taxi, maestras sostén de hogar, docentes empobrecidos, con jeans gastados y zapatillas rotas quienes continúan enseñando y luchando. Aunque algún ángel pobre, con alas de cartón como mis alumnos, ponga tanto empeño que su guardapolvo se manche con sangre.

Imagen:Carlos Fuentealba. Docente asesinado en Neuquén en abril de 2007.
Foto: Google
Publicado por la negra de la cortada en 01:17
Etiquetas: guardapolvos blancos

5 comentarios: ALMA dijo...
Sentidas palabras en este homenaje al maestro Fuentealba.

Tengo en mi familia, docentes y por lo tanto comprendo perfectamente tu decir y tu sentir

Un beso

24 de agosto de 2009 00:26
Persis dijo...
Ah, querida amiga...! Lamento tanto no coincidir en este aspecto con vos...!Soy docente desde 1977, comencé muy joven, sin estar recibida y con mucho sacrificio llegué a ser hoy directora de escuela primaria. Para mí, la docencia no es un apostolado sino una profesión a la que hay que tomar con verdadera responsabilidad. Muchos docentes hoy trabajan como si estuvieran haciendo "caridad" mal entendida y le dan al "pobre pibe" un plato de comida y cuatro cuentas de sumar "total..., ¿para qué más?". En muchas escuelas hoy los guardapolvos no se manchan NI CON TIZA, no sólo porque NO trabajan, sino porque NO LO USAN (al menos en mi distrito). Y no porque no les alcance el dinero para comprarlos sino porque reniegan de él. ¡Con decirte que hay que pelear con ellos para que saluden a la bandera! Y si se le ocurre a la directora llamarles la atención tenés al gremio haciendo causa de "abuso de autoridad" y una legión de maestros tomando licencia psiquiátrica por estrés.
Por suerte no son todos iguales. Todavía quedan algunos que sueñan con cambiar la historia.
No conocí a Fuentalaba. Me da pena su joven final pero seamos cuidadosos al hacer asociaciones. No es justo generalizar.
¡No te enojes conmigo! Te hago este comentario con el respeto y cariño de siempre. Te mando un gran besote

24 de agosto de 2009 00:56
la negra de la cortada dijo...
Persis, de ninguna manera me enojo, al conrario, coincido con vos en varios aspectos. He disdcutido con compañeras jóvenes que no se esfuerzan porque sostienen que total, con esos chicos no se puede hacer nada. Se han reído de mí por mi dedicación y mis preocupaciones,(yo era la vieja pesada).Por eso señalé algunos aspectos por los que son criticados los deocentes.Tampoco quiero hacer una cuestión generacional,aunque mucha gente nos señala como "las maestras de antes" por nuestro sentido de la responsabilidad.Porque debo reconocer que hay jóvenes que que trabajan a conciencia y con las que he coincidido concretado proyectos, es que en estas escuelas de zonas urbanomarginales, se destacan más las cualidades y las falencias en la formación docente. En Santa Fe el guardapolvo es oblogatorio, incluso para los varones. Agradezco tu comentario, son importantes todas las voces qu vengan de adentro si queremos que se tome conciencia. Un abrazo grande.

24 de agosto de 2009 15:11
la negra de la cortada dijo...
Alma:Gracias por compartir mi sentir y decir. Aunque también es muy cierto el comentario de Persis, que sucede al tuyo, y que debe dolernos tanto a los docentes que nos esforzamos por brindar una educación de calidad y defender la escuela pública.Un abrazo.

24 de agosto de 2009 15:17
Mariela Torres dijo...
Debe haber cambiado mucho el mundo, para que también hayan cambiado los maestros y la educación que se imparte.

Me gustó tu homenaje, de una maestra a un maestro.

Besos.

26 de agosto de 2009 16:31

jueves, 2 de septiembre de 2010

La florcita quemada.(Doña Soledad)



Leí ese nombre y ese apellido en la noticia de policía. La tenía muy presente, delgaducha, alta. Había registrado en el informe, hacía cinco o seis años,… “Romina es repitente. Casi no se le conoce la voz. Tiene incontinencia urinaria"... También recordaba a la madre, esa mujer tan envejecida que parecía mayor que yo, referir con acento del noreste: …"ella en mi casa es buenita... El padre viene en pedo y le pega con el cinto por cualquier cosa pero la Romi nunca se queja”…

La noticia no precisaba demasiados detalles, pero yo conocí cómo y dónde vivía. No me resultó difícil imaginar como habrían sucedido los hechos:

“¿Los chicos tomaron el mate?” pregunta la mujer que entra cargando unos bolsos. La chica siente sacudiendo la cabeza. “A ver si ponés atención, ya estoy cansada de que me llame la maestra” dice la madre mientras acomoda los bultos en el rincón que hace de cocina en el único espacio del rancho.

La joven toma una mochila descosida de una especie de repisa desvencijada. Saca del interior una naranja y un pan que deja en la mesa. Sobre la misma, cubierta con lo que alguna vez fue un mantel de hule hay migas de pan y tazas de plástico con restos de mate cocido.

Por la mente de Romina cruza la imagen de Yamila, y aprovechando la distracción de la madre, toma algo de la mesa, lo introduce rápidamente en la mochila y sale sin hablar.

Cae la tarde. El viento despeina sus opacos cabellos rizados. Se sube el cierre de la campera con manchas grasientas. Sus largas y delgadas piernas enfundadas en un jean sucio y raído apuran el paso por la calle de tierra que bordea las quintas.

Llega al nuevo edificio de la primaria nocturna. Ya todos están en el aula, entra sin saludar y se ubica en un banco libre al final de la hilera.

Romina contempla el aspecto de Yamila. No comprende el significado de esas letras y esa calavera impresa en el buzo negro de su compañera, que tiene las uñas y los labios pintados de color morado y el flequillo largo peinado con gel hacia un lado.

La docente entrega tareas realizando observaciones a un grupo de alummnos.

Yamila advierte la presencia de Romina, se aprieta con los dedos la nariz señalando con el índice de la otra mano a la joven mientras expresa por lo bajo “chicos, llegó el zorrino”.

Los alumnos comienzan a reír. “Báñate, sucia”, continúa Yamila, secundada por sus compañeros, todos de menor edad que Romina. Las mejillas de ésta se sonrojan, su cara sucia está a punto de estallar en llanto. De pronto abre la mochila, extrae un cuchillo tramontina, de un salto se precipita sobre su compañera y comienza a aplicarle puntazos en la cara. La chica se cubre con las manos, en las que también recibe varias incisiones.

Todo sucede tan rápido que los jóvenes no alcanzan a comprender lo que ocurre cuando escuchan el “¡tomá!”, “¡tomá!” de una voz ronca, casi gutural, desconocida hasta ese momento. Entonces ven a Yamila agazapada en el asiento cubierta de sangre.”


Mientras tomaba un mate que resultó menos amargo que las lágrimas que corrían por mis mejillas me pregunté: ¿Cuántas noticias de policía tendré que leer en las que los protagonistas, ahora adolescentes, fueron chicos cuyas historias llenaron fichas que nadie leyó?

Cerré el diario. El batir de parches enardeció mi bronca. Zitarrosa comenzó a entonar “Mire doña Soledad…”


El nombre de las protagonistas fue cambiado. El hecho sucedió en 2005.


Imagen: La cita fija, "Sobre florcitas rojas". Tela estampada, quemaduras. Dos piezas de 0,30 x 0,30 m - Mabel Temporelli Foto: Durante & Fucci
http://mabeltemporelli.blogspot.com/

El ángel de la bicicleta.




"¿Con qué libros se educó esta bestia?" .(L.Gieco).














Medio día, diciembre de 2001. Nos retirábamos de la Escuela 154. Noté que había más vecinos que de costumbre en la calle.


Tomamos un camino desde donde se ven los asentamientos precarios, barrio Las Flores, la escuela...


Comencé a observar que la gente humilde se agazapaba, corría, se amontonaba, había policías con armas largas, demasiadas armas largas para gente tan desposeída. Mi vista avezada me hizo comprender rápidamente qué sucedía.


“He visto otras escenas como esta y no me han vuelto insensible”. Me dije con bronca mientras sentía un nudo en el estómago y el dolor tensional me oprimía las sienes.


¡Los chicos almorzando en el comedor de la Escuela! ¿Habrán comido ese día? ¿Quién se habrá ocupado de ellos?


"¡Bajen las armas, que aquí sólo hay pibes comiendo!"


Demasiado tarde. Habían disparado contra Pocho Lepratti.


"Sacamos cuerpo, pusimos alas
Y ahora vemos una bicicleta alada que viaja
Por las esquinas del barrio, por calles.
Por las paredes de baños y cárceles
¡bajen las armas
Que aquí solo hay pibes comiendo! "


" El ángel de la bicicleta" León Gieco.

Comentarios:
Mariela Torres dijo...
Me gustó mucho la frase "He visto otras escenas como esta y no me han vuelto insensible”.

Qué triste tener que volver a verlas, muy triste.

Tu texto, bello en su tristeza.

Besos.

3 de agosto de 2009 00:30
la negra de la cortada dijo...
Asì es de triste y de cierto. No pude subir el video de Gieco con el tema, tendrè que tomar una clase personalizada.... Un beso.

3 de agosto de 2009 19:59
Persis dijo...
Te visité hace un par días pero hoy recién me animo a dejarte mi huella. Es muy triste el relato. No quiero ni imaginarme en ese lugar.

6 de agosto de 2009 00:23
la negra de la cortada dijo...
Gracias Persis. Fueron días muy tristes. Yo no conocí a Pocho, pero la escuela en que trabajaba está en el camino hacia mi casa. Realmente llorè cuando me di cuenta de la situaciòn soy una vieja militante, pero me sentí impotente. Sufro de dolores de cabeza tensionales y esa vez me duró varios días.Un beso.

6 de agosto de 2009 23:28
Marcelo dijo...
Conocí su historia por el blog de Maracuyá, que se llama Capítulos. Después se preguyntan para qué sirven los blogs.
Un saludo

7 de agosto de 2009 23:12
la negra de la cortada dijo...
Marcelo:Así es,yo pienso que es una herramienta valiosa si sabemos utilizarla. Es como un caudal subterráneo que circula transportando expresiones de la cultura que no aparecen en los medios masivos de comunicación. Gracias por dejar tu comentario. Un abrazo.

9 de agosto de 2009 14:23
ALMA dijo...
Que tremendo el relato y muy bien enlazado con los textos de Leon Gieco... Me impresionó también la frase que has ubicado debajo de la imagen "Pocho vive"...
A pesar que uno lee, trata de entender, trata de ser comprensivo, al menos en mi caso no dejo de conmoverme ante este tipo de relatos.

Un beso y buena semana

10 de agosto de 2009 01:22
la negra de la cortada dijo...
ALMA:Tu comentario también es conmovedor, como vos decís hay hechos que uno trata de entender, trata de ser comprensivo, pero dan mucha bronca. Es la primera vez que hago una alusión tan directa,pero quien gobernaba la pcia. de Santa Fe en 2001, fue el ganador en las últimas elecciones nacionales(reelecto como senador nacional). Un beso.Berta

Guardapolvos quemados.

I- INFORME 2001

1° grado. “Romina* es repitente. Casi no se le conoce la voz. Tiene incontinencia urinaria. Los compañeros más pequeños se burlan de su olor a orines y la niña reacciona rompiéndoles los útiles y escribiendo sus cuadernos.

Le llevo jabón, le enseño a higienizarse, le indico como debe lavar su bombacha. Informada la madre del comportamiento agresivo de la niña esta refiere (con acento del noreste):

"Ella en mi casa es buenita, cuida los hermanitos, cocina. Yo tengo que salir a retirar el bolsón y pedir en las quintas para comer. Mi marido no está, sale a cirujear pero no trae nada a casa. Viene en pedo y le pega con el cinto por cualquier cosa pero la Romi nunca se queja.”
*El nombre de la niña ha sido cambiado.



Imagen: "La lección de historia", guardapolvo quemado con plancha de la serie "Prendas quemadas con plancha" - Intervención de Mabel Temporelli- 1999.
Ver detalles en:http://www.mabeltemporelli.blogspot.com/


II - FICHA DE TALLA Y PESO 2003. 1° Grado. A partir del presente período lectivo se ha dispuesto registrar la talla y el peso con el objeto de hacer un seguimiento acerca del estado de desnutrición. Sobre la precaria mesa que hace de escritorio, una pila de fichas en blanco. Debo completar los datos, al igual que los informes, los formularios, los registros, completar, llenar…


Ella se para delante de mí. Su presencia me vuelve a esta realidad como una bofetada. Tomo la ficha.

Nombre: El de una estrella pop. Apellido: uno de los que aparecen en las noticias de policía.
Domicilio: Camino Soldini sin número. Zona urbano-marginal.
Talla: El instructivo dice: Al medir debe estar descalzo/a. Se quita las zapatillas. Están agujereadas. Las medias están húmedas.
Peso: La ayudo a subir a la balanza portátil. Siento un bracito tan delgado que parece a punto de quebrarse. Como la talla, por debajo de los índices normales.

La miro a los ojos, le pido que tome asiento. Tiene la mirada perdida, sin brillo. El cabello opaco, enredado, le cae sobre el rostro. Sin hablar, me grita esa verdad que me duele más que mil palabras.

Sale a deambular por el patio. Sobre el delantal raído y amarillento lleva la mochilita rosa con la imagen de Barbie, seguramente producto de un cirujeo. Nunca la deja.

Entrará cuando vea venir a la mujer del plan Jefa de Hogar con la jarra de mate cocido con leche. Tomará la merienda y volverá a salir mirando sin ver.

Necesitaría la atención de un equipo interdisciplinario. Para ello deberían llevarla al Centro de Salud de la zona para ser atendida por un pediatra que la derive a un hospital. El más cercano está a más de cuarenta cuadras. Sé que nadie se ocupará de ella. Yo Seguiré escribiendo informes que se apilarán, se extraviarán, se pondrán amarillentos sin que nadie los lea.



La inocencia de niñas y niños es atravesada como una quemadura por la miseria, producto de la injusticia social.


Publicado por la negra de la cortada en 15:14
2 comentarios
Clara y Pepe (los Chuquis) dijo...
... Estos niños son los que pronto, tal vez demasiado pronto, nos entren a robar y a matar a nuestras casas. Ellos son víctimas de la desidia y del maltrato... nosotros también seremos víctimas. Todos sufrimos las injusticias. Los que pueden y deberían hacer algo, están robando para sí mismos, la ambición no les deja ver el daño que están causando... tarde o temprano, TODOS pagaremos las consecuencias.
Los niños, esos seres pequeños, indefensos e inocentes, no deberían sufrir y morir así... TODOS, de alguna manera somos responsables por hacer algo malo o dejar de hacer algo bueno.

30 de julio de 2009 13:35

la negra de la cortada dijo...
Clara y Pepe,me da gusto que volvamos a encontrarnos, yo traté varias veces de dejar comentarios.Me costaba encontrar el blog. Pude ver que Pepe está dibujando pero creo que no se guardó lo que les escribí.
Respecto a lo de los chicos es cierto, y muy doloroso. Esos últimos años yo sufrí mucho, hice humanamente lo que pude, me sentí impotente, volvía contracturada,amargada.
Bueno,les cuento, estas son cosas muy duras pero me gusta el humor, así que tengo otro blog:www.lanegradelacortada.blogspot.com,(lo habia llamado agarratecatalina, pero ya exsistía otro), espero que lo visiten. Ojalá no perdamos el contacto. Un abrazo. Berta.

30 de julio de 2009 16:46

Alas de cartón


Año 2003 La casita es mi salón de 1° grado. Tengo 35 alumnos ubicados en sillitas de nivel inicial. No hay salón comedor. Los alumnos comen en las aulas la mientras los docentes ahuyentamos a los perros hambrientos que atraídos por el olor a comida, algunas veces han alcanzado a sacarla de los platos. Por mi parte, les he enseñado a limpiar las mesitas una vez que almuerzan, luego se lavan las manos, a veces barro el salón –hay un solo portero- y luego iniciamos las actividades escolares.


Tres años después de que viniera por primera vez, el patio sigue siendo de tierra. Aun no hay ni un tinglado o una galería que nos proteja del sol de diciembre.

Hoy es el acto de Fin de Curso. Una tela colgada de las rejas hace las veces de telón de fondo. En ella se han fijado letras de papel brillante que nos interrogan:

¿Aprendimos a vivir como hermanos?


Los chicos lucen precarios e improvisados trajes de animalitos, kollas, angelitos. Por sus caritas morenas ahora corren gotas de sudor.
Otra carita, blanca, de ojos azules con una rubia y larga cabellera, llora en un rincón. No llegaron las alas que debía lucir en la fiestita. Su joven maestra la consuela con dulzura. Sabe que la mamá de la nena sale a vender ropa por la calle, que el papá es alcohólico, que están separados. Los docentes conocemos demasiadas historias como esas.


Hay palabras emocionadas de las madres. Despiden a un maestro.


Los alumnos dramatizan un texto de Martin Luther King que lee una docente. Alude a que el hombre, que aprendió a sumergirse en las aguas profundas como los peces y a surcar el cielo como los pájaros, no ha logrado superar las diferencias que le permitan convivir con sus congéneres. De ahí ahí la pregunta que nos hace reflexionar desde el telón.

Los ángeles con alas de cartón, reparten rojos corazones de cartulina en los que han escrito:

“Aprendamos a vivir como hermanos”

Imagen: El corazón que repartieron los chicos y guardé de recuerdo. Foto: Nicolás.
El anexo de la Escuela 154 pasó a ser la Escuela N° 1372 en 2005. Está ubicada en Avellaneda al 7000.

Con mocos y todo.


En el 2000 me puse otra vez el guardapolvo de maestra. Podría haber elegido uno a cuadritos, o de color. Preferí uno blanco, níveo. Llegué a la escuela Nº 154 de barrio El Gaucho como para celebrar un ritual. Y eso hice hasta el último instante en que ejercí, consagrarme día a día de cuerpo y alma a esos chicos, con la misma intensidad que lo hice cuando fui joven.

Me divertí junto a ellos, bailé, canté. Los miré a los ojos, me besaron con sus caras chorreadas de mocos, curé sus heridas cuando se lstimaron sin ponerme guantes y les di mi mejor sonrisa.

Interiormente sentía la misma rebeldía de aquellos años. Me brindé a todos, a los que vienen de las taperitas entre las quintas, los que viven en los ranchos debajo del puente de la circunvalación, como G, ese pecoso que se hizo amigo de mi nieto y éste aún lo recuerda. Y también a los que viven en las casas de material, transculturizados,empobrecidos.


Humildemente reconozco que a pesar de mi edad, mi experiencia y mis saberes, aprendí de ellos cada día algo nuevo. Un día F, de doce años, señalando la ilustración de un ave en un libro me dijo: “Seño, el otro día con mi papá matamos uno así”. Dispuesta a hablarle del equilibrio ecológico le pregunté por qué lo habían hecho. “Lo matamos para comerlo, Seño”, respondió clavándome sus grandes ojos verdes.

Fotos:Superior, arriba, la escuela 154 en 1917,abajo, en 2000.
Inferior: Fiesta de fin de curso 2001


Alta en el cielo
“La casita” es una casilla prefabricada a la que se le han adosado dos salones de material. Es un anexo de la 154. La rodea un patio de tierra. La construcción, delimitada por rejas en medio de un descampado, está ubicada en el barrio “Tío Rolo”. Fui por primera vez ese mismo año, un frío día de invierno a reemplazar a un compañero.
Era una mañana gris. Izábamos la bandera y como hace tantos años me emocioné hasta las lágrimas al escuchar los primeros sones de Aurora. Sentí impotencia frente esos cuerpitos tiritando debajo de los escasos abrigos, sus caritas morenas sonrojadas por las bajas temperaturas. Me parecía estar ante las mismas que vi la primera vez que pisé una escuela con mi blanco guardapolvo de maestra.

5 comentarios:
Any dijo...
Bueno, la verdad no sé que decir, como vos no habrás sabido que contestar cuando el nene te contestó que el pájaro era para comer.
Cuantas cosas importantes nos faltan todavía y nos la pasamos discutiendo cada pavada; estas son las cosas importantes que hay que solucionar mecacho!
Que bueno que hay maestros que sintieron y sienten la docencia como vos, están por todos lados, en la selva chaqueña y en el sur inhóspito. Y también aqui nomás en el barrio toba, en las escuelas de la zona sur, por todos lados. Gente que deja una parte de su vida para que esto siga funcionando, como se pueda.
Me gustaron estas historias, los dibujitos, las fotos ... todo.
un beso grande
P.D: Me intrigó el mensaje para Sarkozy (¿?) jajaja, what pass? como dice Moria

16 de julio de 2009 23:15
Psicologa con problemas dijo...
matar para comer es lo mas ecologico que hace la naturaleza, lo peor es pensar que por no matar a la vaca, nuestro bife sabe menos culposo que el que tuvo que carnearla. Q buen relato! TucuMALA

22 de julio de 2009 08:38
Psicologa con problemas dijo...
es imposible comentar con la PALABRA VERIFICADORA!!! se hace muy dificil, yo no la tango y jamas recibi comentarios desubicados, muchos en desacuerdo y otros olvidables.

22 de julio de 2009 08:39
la negra de la cortada dijo...
Any: Así es, estuve en la escuela hasta el 2004, de manera que en 5 años esta realidad no ha cambiado, lamentablemente.Tengo otros relatos.En un momento pensé no seguir con llos,pero voy a continuar. Un abrazo.

Tucu: Coincido con tu apreciación respecto a la vaca. La cuestión es que acá nomás pasando la Avda. de Circunvalación tengan que matar un pájaro para comerlo mientras otros comemos el bife. No interpreto el segundo comentario(estoymedio torpe de entendedera.
A estos relatos los escribí hace un par de años.Se van enriqueciendo con comentarios interesantes, incluso los tuyos, que se valorar.Voy a subir el trabajo hasta el final, teniendo en cuenta las distintas miradas. Un abrazo.

22 de julio de 2009 11:44
Escuela Nº61 dijo...
Querida Berta: te dejamos un "mimo" para tu blog en nuestro blog. Besos

La Patria es un ángel sin sueño...


Las Malvinas
Tiene las alas salpicadas de islotes

Es nuestra bella del mar.


La patria la contempla desde la costa madre


Con un dolor que no se va.


Tiene las alas llenas de lunares.


Lobo roquero es su guardián.


La patria la contempla.


Es un ángel sin sueño


La patria junto al mar.


Tiene el pecho de ave sobre la onda helada.


Ave caída es su igual.


El agua se levanta entre sus alas.


Quiere y no puede volar.


El pingüino la vela.


La gaviota le traeCartas de libertad.


Ella tiene los ojos en sus canales fríos.


Ella está triste de esperar.


Como a mujer robada le quitaron el nombre;


Lo arrojaron al mar.


Le dieron otro para que olvidara,


Que ella no sabe pronunciar.


El viento es suyo


Sola, no quiere más.


Sabe que un día volverá su hombre


Con la bandera y el cantar.


Cautiva está y callada.


Ella es la prisionera


Que no pide ni da.


Su correo de amor es el ave que emigra.


La nieve que cae es su reloj de sal.


Hasta que el barco patrio no ancle entre sus alas,


Ella se llama Soledad.
José Pedroni

Regresé del exilio a comienzos de l982 y volví a trabajar a la escuela N°61.

No podía comprarme un guardapolvo hasta no percibir mis primeros sueldos, así que lleve uno celeste , si bien no estaba permitido usar otro color que no fuera blanco, por lo que fui observada. Me lo habían provisto en la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto, en mi feliz paso por esa entre 1974 y 1976 y lo había conservado con cariño.


"La matachanchos" funcionaba a la vuelta de la edificación vieja, en la por entonces calle 25 de Diciembre al 4000. Los salones eran de módulos prefabricados.

Con mis alumnos, los de la foto, memorizamos la poesía de Pedroni.


Lloramos en el acto por los soldaditos de Malvinas, mientras por dentro, muchas maldecíamos a los milicos genocidas.


En octubre de l983, antes de las elecciones, una docente escribió en el pizarrón del patio:

Todavía cantamos, todavía pedimos,

todavía soñamos, todavía esperamos,

con un día distinto sin apremios ni ayunos

sin temor y sin llanto

y porque vuelvan al nido nuestros seres queridos” , de Víctor Heredia.

Comentarios: Any dijo...
Que hermoso poema el de Pedroni! Estuviste exiliada? Que momento! Me imagino que triste debe ser tener que irse a la fuerza, tenés que contarnos un poco de eso.
Cuantos sueños se rompieron (los rompieron), cuanto sufrimiento y que rápido olvida la mayoría que bronca me da.
un abrazo

11 de julio de 2009 20:34
ALMA dijo...
Cuanta emoción transmite tu post!!. Por un lado el exilio ufff!!! cuantos como vos han pasado por ese doloroso hecho y por otro lado el recuerdo de los hechos de Malvinas, los amigos, los vecinos, los conocidos que se quedaron en Malvina y Soledad.
Yo en algún post recuerdo cuando visité la ciudad de Mercedes, Pcia. de Corrientes y donde se me aflojaron las piernas frente al monumento que recuerda a estos héroes.
También recuerdo la estafa colectiva que fue la colecta realizada por televisión para juntar fondos para la guerra. Y un recuerdo a mi amigo piloto de Pucará, que junto a su avión quedó en ese mar que le canta Pedroni en este hermoso poema que has publicado.

Un beso enorme.

12 de julio de 2009 20:30
Berta Temporelli dijo...
Any:
Alma:
En dos oportunidades les respondí en forma individual, pero no puedo publicarlo, esta Internet a veces me descoloca, (por no escribir alguna grosería).
Reconozco que la gente está inmersa en otros problemas, quiere distraerse. Son pocos quienes dejan comentarios sobre estos temas. El exilio,(consecuencia de una feroz dictadura), la guerra de Malvinas, son cuestiones desgarrantes, tienen que ver con la violencia, la muerte. Son parte de nuestra historia. ¿Quién no lloró en este país a un desaparecido o a un combatiente de Malvinas? Yo al menos tuve compañeros desaparecidos, los soldaditos de Malvinas, si bien no conocí a ninguno, los siento de mi sangre, en esa época yo tenía 38 años y bien podría haber tenido un hijo en edad de ir a la guerra.
Respecto al exilio, sin hacerme la heroína, fue muy duro, el desarraigo, los problemas económicos, hay un mito del “exilio dorado”, pero ya hablaré de eso. Quizá suba algo al blog. He publicado textos testimoniales en rosarioescribe.com y he tenido buena recepción. Está bueno mirar el pasado para aprender. Leí algunos de mis relatos en el taller de narrativa al que concurría. Brenda, de 17 años, al cabo de un tiempo de escucharlos me dijo:”aprendí más de vos que de lo que me enseñaron en la escuela sobre la dictadura militar”, me llama su abuela, y yo la adopté como nieta.
A quienes no les interesa el tema los respeto. Gracias por dejar sus comentarios. ¡Ah, la historia continúa, no se la pierdan! Y luego subiré algo de humor, para que vean que no soy una vieja amargada. Besos a las dos.

14 de julio de 2009 11:53
Esc Nº 61 dijo...
Berta: como siempre...inagotable memoria... dulzura en tus palabras... verdades gritadas...pero por sobre todo entreleo entre tus líneas esperanzas, fuegos y sueños. Y ... quizás de eso se trata... seguir soñando, tanto hasta que nos duela y quizás la patria será un ángel con sueños y soñada por todos y entonces podrá descansar en las espaldas de tantos niños de guardapolvos blancos que pasaron por tus aulas. Liliana

14 de julio de 2009 14:09
Berta Temporelli dijo...
Liliana, qué hermosas palabras, me emocionaron.También yo leo entre líneas tu fibra de luchadora. Todavía somos muchas/os los que soñamos, para eso sirven las utopías,como dijo el poeta,para seguir avanzando. Un abrazo grande.

14 de julio de 2009 15:21
Psicologa con problemas dijo...
Que buen BLOG! trabajo y atiendo docentes que estan paradas en la queja constante, leerte me reconforta!
TucuMALA

14 de julio de 2009 20:06
Berta Temporelli dijo...
Tucumala: Acá también tus colegas opinan lo mismo acerca de los docentes, pero no quiero parecer pedante. Gracias por tu apreciación.

Apostolado


Me había recibido hacía unos años y tenía un empleo estable con un excelente sueldo, pero preferí ejercer la docencia, era mi vocación. En mil novecientos sesenta y siete hice mi primer reemplazo en la Escuela 114, que estaba ubicada en calle Ayolas bajando hacia el río.

Era invierno, los chicos, que provenían de los ranchitos asentados en las barrancas, en “la basurita” tiritaban en el patio bajo sus ropitas raídas. En esa época tenía la certeza de que algún día todos tendrían abrigo suficiente para soportar el frío.

También vi tiritar esos cuerpitos en el patio de la “matachanchos” de la calle Garibaldi. A la escuela Nº 61 la llamaban de ese modo porque se decía que allí había funcionado una especie de saladero o frigorífico.

Debía ser cierto. Los salones eran inmensos y estaban impregnados por el salitre. En el patio había unos piletones enormes. La única protección era una angosta galería.

Cuando me solicitaban un “informe socio-económico-cultural” me explayaba, precisaba detalles. Era cortante, incisiva. "Alguien los leerá", pensaba.


La docencia es “un apostolado”, nos habían inculcado. No estábamos agremiados. Debíamos esperar meses, hasta un año para cobrar un reemplazo. Nos reuníamos en la Casa del Maestro.


En 1969 la palabra del maestro Lescano fue decisiva para lograr el apoyo al paro decretado por la C. G. T. ante los acontecimientos que se vivían. Después muchos firmaron la asistencia al día siguiente, presionados por la Jefatura de Supervisión. Quienes nos mantuvimos en nuestra postura fuimos sumariados. En medio de esas luchas surgió el gremio.


La primavera que comenzó el 25 de mayo de 1973 me encontró en una escuela de un edificio tan ruinoso como el de la primaria a la que yo había concurrido. Recién entonces se nos permitió a las maestras concurrir con pantalones. Yo lo llevé debajo de mi blanco guardapolvo y me abrigué con un poncho rojo. Llegó la “copa de leche”. Los alumnos, provenientes de asentamientos precarios la recibieron con júbilo.

El maestro Luís Eduardo Lescano,”Coco”, fue asesinado una noche de agosto de 1975.

Fotos: Superior:Año 1969, en la puerta de la "matachanchos", en Garibaldi al 400.

En elmedio: Año 1972. En la Escuela Nº57,Juana E. Blanco.

Inferior: Año 1973.En la Escuela Pedro Curuchet.

Comentarios: Any dijo...
Ser docente siempre fué un apostolado me parece, y sigue siendo, o vos te creés que las maestras ahora lo pasan mucho mejor. Ahora hay mas hambre y mas problemas sociales que antes, no quiero imaginar lo que deben pasar estas mujeres, y por dos monedas ademas ...
Que linda estas en la foto, cuantas ilusiones tendrías en ese momento no ?
un beso

10 de julio de 2009 18:25
Berta Temporelli dijo...
Any, para mi siempre fue y será un apostolado, pero somos trabajadores con derechos,(y con estómago), a eso me refiero. Pero no te apresures, que la historia no termina.
Yo cumplí sesenta años en la Esuela de "Tío Rolo", un barrio urbano-marginal. Con 35 chicos en primer grado,en mesitas para nivel inicial porque no había llegado el mobiliario.La mayoría proviene de familias desmembradas con deficiencias, discapacidades. Soy "una de estas mujeres, y por dos monedas"... Mejor seguí mi blog...es más interesante que lo leas allí, en forma literaria,te espero. Besos.

Ignauguración del edificio propio Escuela Nº 615



1959-La foto corresponde al día de la inauguración del nuevo edificio de la Escuela Nº 615 República del Perú en Alem 3069.

Almidón


Foto: 1º grado. Maestra: Srta. Feliciana Martin

Blanco guardapolvo de la primaria en la República del Perú… Siempre almidonado y planchado de manera admirable por mi mamá. ¡Qué caro pagaba el precio de llevar los lazos anudados de la parte trasera formando el moño más primoroso del grado! Terminaban introducidos en el tintero de loza por la envidiosa del asiento de atrás. Si hasta llegaron a cortármelos con una gillette unos grandotes repetidores del turno contrario cuando estaba apoyada en la ventana del salón de “canto”, justo en la ochava de Alem y Garay.


Mi primer "libretita" de calificasiones.



Foto: 3º grado. Maestra: Srta Dora Escila.



Al ingresar a primer año mi guardapolvo ya no tenía los lazos atrás. A éste lo llevaba bien largo y con cuellito alto, para que no se asomara la ropa de color. Mi melenita con las ondas marcadas por mamá los domingos, para estar prolija durante la semana.



En cuarto año otro guardapolvo, prendido adelante, también de tela grafa. Me hacía sentir mayor, importante. Había aprendido a plancharlo tal como me enseñó mami, tan prolija y exigente. Al almidón cocido le ponía “Azul”, ese que venía en pancitos y se envolvía en un trocito de tela para ser diluido en agua. A esa técnica la había inventado yo, o al menos eso creía, los dos pasos en uno, blanqueaba y almidonaba. Ese era mi orgullo. Al final ya estaba gastado en las solapas, pero lucía impecable.



En esa época aparecieron los de acrocel. Yo no quería ocasionar más gastos a mis padres. Usé el de grafa hasta que salí por la puerta grande del Normal N° 1 - la que da a la plaza - recibida de Maestra Normal, llena de ilusiones. Iba a cambiar el Mundo.
Foto: Mi primer grado en la Escuela República del Perú, cuando funcionaba en la esquina de Alem y Garay, en un local alquilado. Maestra: Feliciana Martin. Año:1951.
Publicado por la negra de la cortada en 19:52
Etiquetas: guardapolvos blancos.

4 comentarios:
Mariela Torres dijo...
¡Qué hermoso relato! Me encantaron tus guardapolvos, y qué odiosa esa compañerita que te ensuciaba el lazo, una envidiosa.

La foto es muy linda, pero voy a tener que estudiar mucho para saber cuál sos vos.

Un beso grande.

4 de julio de 2009 19:06
ALMA dijo...
Que lindo recuerdo me has traído. Yo usaba el guardapolvo almidonado por mi madre, con las tablas pegadas, que yo me empeñaba a estrujar. También usaba el moño, que luego ya mas grande se reemplazó por el cinturón con botones atrás.

Uhhh! tu compañera, la del tintero, que mala

Un beso

6 de julio de 2009 00:38
Escuela Nº 61 dijo...
Yo también usé en el Normal 1, guardapolvo almidonado, lavado con "azul" y zapatos con un botoncito al costado con medias tres cuartos. Y también me recibí de Maestra Normal Nacional con muchos sueños. Me encantó tu narrativa. Cariños. Liliana